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Calle
del Arrabal
Dámaso Alonso
Se me quedó a lo hondo
una visión tan
clara,
que tengo que entornar los ojos cuando
intento recordarla.
A un lado, hay
un calvero de solares;
en frente, están las casas alineadas
porque esperan que de un momento a otro
la Primavera pasará.
Las sábanas,
aún goteantes, penden
de todas las ventanas.
El viento juega con el sol en ellas
y ellas ríen del juego y de la gracia.
Y hay niñas
bonitas
que se peinan al aire libre.
Cantan
los chicos de una escuela la lección.
Las once dan.
Por
el arroyo pasa
un viejo cojitranco
que empuja su carrito de naranjas.
(Poemas puros. Poemillas de la ciudad. 1921) |